Cuentos Cortos

JUEGO DE AMORES


Oh viejo Sol y pequeña Luna
ambos luz pero una sola oscuridad
mira al cielo muy brillante,
mira al sol poca paz.

El destino os ha separado,
pero el eclipse ha de llegar,
Luna Sol o Sol Luna,
un pequeño lapso de felicidad.

Basta ya de soslayos tarde,
o de temprano un segundo encontrar,
ingenuas miradas, ingreíble,
nunca han de bastar.

Crean puertas,
buscan llaves,
mandan mensajes entre lugares.

Y aunque bello resplandor contienen
o inpensables misterios lleven,
ni uno ni otra verán
aquellos rayos incensatos
que la distancia,
en su caja infinita de recuerdos,
en forma de dos mortales,
ha de bajo llave encerrar.

Catalina Rodríguez
 
ALGO SOBRE ÉL, ALGO SOBRE TI, ALGO SOBRE NADIE.


Allí estaba de nuevo con lágrimas en los ojos, algunas las cuales eran de felicidad otras simplemente de tristeza, esa tristeza que la embargaba cuando pensaba en él, en ti…

No sabía si él vería algún día esas palabras, una parte de ella no lo quería y otra lo añoraba, deseaba que por fin él se enterara de lo que en realidad pasó, lo que en realidad sintió, lo que en realidad siento.

Es de idiotas pensar que me quieres, es de idiotas cree lo que dices, no porque digas mentiras, si no porque todo simplemente es imposible, porque nada es real, porque tú no eres real.
¿Qué piensa?, ¿Qué siente? Eso mismo le gustaría saber, eso mismo se pregunta días tras día, pero aún no lo comprende, no se entiende, no es que sea bipolar, sino que simplemente en ocasiones no quiere nada, no quiere a nadie, ni siquiera lo quiere a él.

¿Qué sé de él?, Poco, muy poco, lo conozco a medias, es como tener un rompecabezas de mil fichas de el cual sólo conoces cien y estas no están juntas si no dispersas. Por eso que he conocido, puedo asegurar que es alguien de buenos sentimientos, alguien que se merece todo, alguien a quien sólo le basta ser simplemente él para robarte una sonrisa y si te descuidas te roba el corazón. Alguien pequeño en cuerpo de grande, alguien tan niño que en algunas ocasiones te preguntas si es él en realidad y algunas veces alguien tan grande y maduro que te sientes un completo idiota hablándole, Ahí es cuando recuerdo que no existe, que no eres real, que nada es real.

En este último año le han pasado cosas tan extrañas que si lo piensas te das cuenta que todo es imposible, que nada pudo ser, ¿Cómo olvidarlo cuando todo te recuerda a él? Y simplemente esto pasa porque lo necesitas, porque no eres nada sin él pero a veces sólo a veces tanto cuando estás lejos de mí.

Él se pregunta por qué habla con él, pero ella sabe que tiene la respuesta, simplemente que quiere que ella lo diga, que salga de sus labios esas palabras que lo harían morir y volver a nacer si fuera necesario, pero ella no quiere aceptar que lo ama, no quiere aceptar que ama a un imposible, a un no-puede-ser, saber eso la mata, hace que lo odie, que quiera que desaparezca, es que acaso no se da cuenta que cree que juega con ella?, qué no le importa?, no, no lo entiende porque no es así, simplemente porque la culpable de todo esto ha sido ella misma, porque debería estar muy lejos de él, muy lejos de ti.

Aquí es cuando me arrepiento de haber escrito esto, cuando me veo rompiendo esta hoja para que nadie la vea, para que nadie sepa lo que pienso, lo que siento, para que nadie me conozca, pero sé que eso no pasará, que esto escrito a nadie en unos minutos estará en esa caja dorada que se encuentra en el último cajón del escritorio con un montón de cartas más sobre él, sobre ti, sobre nadie.


Laura Catalina Sanabria Rangel.


DESDE LAS CELDAS DE MI INCAPACIDAD


Mirar al techo de la infinita bóveda es más bien mi única distracción. Es soñar con poder traspasar estas invisibles y aunque tangibles paredes, por desgracia, sólo para unos pocos, o conformarme con la asquerosa realidad del cotidiano vivir, convirtiéndome, por lo tanto, en aquello que tanto he luchado por erradicar: alguien más del montón.

La verdad es que muchos me han repetido una y otra vez que la vida es lo que queremos hacer de ella y que si caemos debemos, sino es que tenemos, que levantarnos de nuevo. ¡¿Es que acaso nunca se escucharon?! ¡¿Es que hallaron la tan buscada fórmula “lógicamente” posible, hay que aclarar, de creer y defender un ideal pero, sorprendentemente, no practicarlo al mismo tiempo?!, porque lo cierto es que a la vez que pronunciaron palabras con tanto sentido y el mundo pudo al fin, después de tanto tiempo, ver un atisbo de esperanza, muchos de ellos se conformaron y quedaron tumbados en el sucio fango, al tomar la decisión de vivir como repugnantes cerdos en él, tantos, debo decir, que el mundo se fue convirtiendo poco a poco en un indestructible esquema, el cual mandaba que los bailarines se rigieran por una inquebrantable secuencia de movimientos tal marionetas, y donde un estúpido “profesor” tenía la tan mal llamada “autoridad” o “capacidad” de hacer los cambios que se le plazcan en la obra, solamente, porque así se le ocurría, o porque desea pasar a un primer plano, donde el talento de los demás se convertiría en un mito, uno imposible de contemplar, e inclusive, si quiera pensar en demostrar; claro está, los bailarines nunca se quisieron dar cuenta de ello, porque por más que no podría ser más obvio, era como una regla taparse los ojos con una venda, donde los pequeños y escasos rayos de luz que pasaran por esta, eran controlados completamente por el querido "profesor", pero,¿ qué pasaba con los bailarines que se quitaban la venda? Nada, eso pasaba, porque los demás lo ignoraban y por más que quisiera llevarlos a comprender lo que se hacían, era solamente el bufón de la historia.

Es así como con el paso del tiempo llegaría a sentirme igual que un preso vestido a cuadros color morado y naranja, que aunque trata con todas sus fuerzas de convertirse en blanco y negro como los demás, su sentido de la realidad y su moral no se lo permiten. A veces me siento como un excelente artista que expone sus obras pero que simplemente son demasiado arte para el ojo de la sociedad que, curiosamente, tanto pide a gritos un maldito color y se queja de tan poca de creatividad, pero que cuando se la dan la clasifica de loca e incluso irónica, mas no necesaria.

Tan bajo hemos caído que hasta los verdaderos pensadores de nuestra época, porque les ha toca vivir en esta, no tienen el valor suficiente de salir y decir que la tierra es redonda, que somos nosotros quienes giramos alrededor del sol, que podemos llegar al otro lado del mundo tanto por el este como por el oeste, o que simplemente queremos hacer cumplir un sueño; porque tan pronto alguien intenta hacerlo, y aunque el resto del mundo sea completamente consciente de que es necesario y verídico, no recibirá más que criticas, abucheos y hasta encierros, sólo, “porque así lo manda la ley”.

¿Cómo lo sé?, porque yo he querido ir contra la corriente del río, no porque tuviera un complejo y no quisiera seguir al resto, sino porque sé que en su cauce no está la solución de lo que vivimos, porque he sido uno de esos bailarines que muchas veces se han quitado la venda y vuelto a ponérsela por la presión de sus compañeros, porque soy uno de esos que por más que intenta cambiar el trayecto de las cosas y se ha levantado un millón de veces, no ha podido hacer nada sin el apoyo de la tan ignorante y malcriada sociedad.

Es aquí, desde las celdas de mi propia incapacidad, que mi historia se comienza a redactar.


Catalina Rodríguez

.EL FIN O EL INICIO.ALGÚN DÍA

Miraba al techo, sentía como cada gota de sangre salía de mi interior, no era que quisiera acabar con mi vida, solamente que no estaba lista para seguir luchando por ella.

Unos minutos antes me encontraba parada al lado de la ventada viendo a través del cristal a un grupo de chicas pasar por allí con su tan conocida mirada de coqueteo, moviendo su cabello y riendo como tontas para hacerse notar frente a los chicos. De repente, comenzó a llover, era tan bello poder ver como las gotas de agua caían, y así reflejar, en un simple momento, todo lo que sentía hasta entonces. Pude ver como el grupo de chicos corría en busca de un lugar donde no mojarse, ¿por qué les era tan repulsiva el agua?. Cuánto no daría yo por estar allí afuera y disfrutar de aquel momento.

Todo había sucedido tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar de otra manera más que la con la aceptación. En ese instante pude escuchar cómo la puerta se abría de par en par dando paso a aquel personaje, atrapándome a la vez solamente en sus ojos intensamente llenos de odio y amor a la vez, con una mirada profundamente amenazadora mientras caminaba rápidamente hacia mí. No le temía, sabía lo que venía a hacer y también sabía, que no podía hacer nada para detenerlo. Me miró a los ojos, acarició mis mejillas y justo en ese momento atravesó mi cuerpo con un cuchillo. Vi como sus lágrimas se deslizaban por su cara, caí al suelo instantáneamente y dejé que la felicidad me embargara, ya hacía bastante que esperaba algo como esto y nadie se había dado el lujo de darme el gusto.

Miraba el techo mientras él daba los últimos pasos hacia la puerta, - Te amo –le dije, volteó instantáneamente y pude ver en sus ojos un atisbo de duda, durante esos segundos en los que le estaba dando fin a mi vida nunca vi ni siquiera un poco, sí, desesperación tal vez sí, pero nunca duda; es curioso ver como unas simples palabras pueden significar tanto para algunas personas. Sonreí para mis adentros, definitivamente había disfrutado mi última broma en vida, mi última mentira en honor a quien había tenido la valentía de ponerle fin a mis días, mi última estrategia para permanecer en sus pensamientos cada vez que algo le recordara mi nombre o el hecho de morir o de matar, mi última obra con cordura. No supe qué fue lo hizo, sólo escuche un fuerte golpe y pasos acelerados bajando las escaleras.

Pero todo eso ya no importaba, todo lo humano, todo lo mortal como lo era yo, ya no importaba, lo sentía, era poco lo que faltaba para morir, sólo me quedaban fuerzas para cerrar los ojos, ya que lo que más esperaba de la muerte, era eso, el fin, no una segunda vida a la que tantos aspiran.

Catalina Rodríguez.

ALGÚN DÍA

Juro que algún día me despertaré y tiraré todo a la basura, juro que algún día no habrá quien me detenga e impida mis locuras, juro que algún día todo valdrá la pena, que podré hacer lo que se me venga en gana, que todo lo que he hecho cobrará sentido y que nada de lo que me digan me importará. Juro que algún día lloverá en dirección al cielo, no sólo porque yo lo quiera, sino porque muchas personas así lo desean, juro que algún día saldré de la rutina y tomaré las riendas de mi propio destino.

No sé si creer en señales, o en buena o mala suerte, o en simples consejos, pero hay algo que tengo claro, cada quien sabe para donde va. Si algún día la vida deja de ponerme obstáculos en el camino me aburriré, pero también, si algún día, la vida me lo deja libre, saltaré de la emoción. No sólo se quiere resaltar, sino que también disfrutar, no sólo se quiere trazar, sino que también protagonizar, no sólo se quiere despertar, sino que también olvidar, pero sobre todo, no sólo se quiere sonreír, sino que también llorar. La vida es un río de emociones, cada quien decide que sentir, cada quien decide qué significado tomarle, si seguirle la cuerda o ir contra ella.

Juro que algún día abriré mis ojos en la mañana, miraré hacia el cielo, me daré cuenta que tengo todo un nuevo día en el que vivir; pero mientras tanto, andaré por ahí, buscando lo que no se me ha perdido y mirando alrededor, con la esperanza, de que alguien note que estoy allí.

Catalina Rodríguez.

¿Estupidez o naturaleza?


A veces, cuando tenemos todo lo que alguna vez soñamos, nos damos cuenta de que eran simplemente sueños sin sentido, sin camino a recorrer en el futuro o que en realidad nos trajeran felicidad….a veces, cuando salen a la luz esos pensamientos que nos dicen que nos hace falta mucho camino por recorrer, es cuando miramos hacia el frente y sabemos que no todo es lo que parece y que siempre que trazamos una meta y la cumplimos, en menos de un segundo debemos trazar otra, porque la vida no nos dejará nunca estar felices con lo que tenemos o lo que alcanzamos…algunas veces, simplemente desperdiciamos nuestras vidas buscando objetivos que nunca lograremos, echando a la basura momentos que nunca se recuperaran o que en algún momento de nuestra vida nos hubieran traído memorias inolvidables y satisfactorias. Pero así es la vida, así de desdichada e insolente, así de cínica y mentirosa, que cuando menos esperas que un contratiempo suceda BAM! Allí está; nunca nos deja tranquilos porque nunca está satisfecha con nuestro trabajo.

Un día alguien me pregunto -¿si murieras en este momento estarías feliz con lo que has hecho?- la verdad, nunca supe darle una respuesta, porque cuando salía un recuerdo a la luz de algo bueno que hubiera hecho, de algo que me hubiera traído felicidad, o de algo que hubiera hecho sacar unas palabras de alivio de mi boca, al instante relucían otros recuerdos de los que me avergonzaba, esos recuerdos que siempre hemos querido borrar pero que nunca lo hemos logrado, aquellos que cada vez que creemos están enterrados en lo mas hondo de nuestras almas brotan como las plantas, no para hacernos aprender de ellos, sino para restregárnoslos en cara.

¿Por qué las personas somos así de masoquistas?, ¿por qué siempre que no logramos algo, simplemente levantamos la cabeza, reímos un poco, limpiamos el polvo que quedo en nuestros pantalones al haber caído al suelo y terminamos diciendo -bueno, en la próxima será, por algo tuvo que pasar-? ¿Por qué simplemente no podemos quedarnos allí por unos instantes, disfrutar de la comunidad del suelo y sólo cuando queramos levantarnos hacerlo? ¿es acaso estupidez o naturaleza? Les tengo la respuesta, es simple, porque somos humanos, porque sabemos que los errores están en nuestro diario vivir, porque sabemos que aunque nunca vamos a estar satisfechos hay algo que nos impulsa a hacer las cosas de una mejor manera, porque cada vez que vemos un espectáculo de luces artificiales creemos que podemos llegar al cielo y buscarle la respuesta a todo, porque simple y llanamente QUEREMOS VER QUÉ HAY ADELANTE.
 
Catalina Rodríguez.

COMPARACIÓN


¿Entiendes la difenrecia de lo bueno con lo malo?, por qué yo no tanto años he intentado saber que es lo que esta bién y que no, pero sabes todo es confundible, impercistente, lamentable y prohibido solo por qué otros según más sabios que unos asi es y debe ser cómo se dice.

¿Pero qué es lo qué opinas tu enrealidad? Es creible que no sepas ya nada, estas tan cegado con aquella venda que te ha emputado aquella maldita sociedad, aquella socidad que se cree el dueño de nuestra vida, de nuestra mente, o mejor dicho de todo lo que somos; nosotros solo significamos un punto más para poder dominar, alguien mediocre. Pero tu, adivina, tu seras el que cambie todo eso en lo que nos han convertido, lucharas por la libertad que queremos lograr, nos revelaremos, saldremos de esa cueva, nos soltaremos las cadenas de los pies y saldremos victoriosos. Creemos que lo malo de la vida es en creer en Santanas, en cortarno las venas o mejor dicho antentar con nuestra vida, el no comer, el estar pegado a un aparato estupido, el hablar con gente ajena a nuestra vida o conocerlos por otros medios, o escuchar música que según no es elegante, el golpear a las personas. Pero vamos, entonces lo bueno de la vida, es estar alabando al gran dios, ¿El qué nos creo? ¿El qué nos dio vida?, por favor eso bien puede ser invento de nosotros mismos, el unico dios que tenemos somos nosotros mismos, nosotros somos los que no inmuta a seguir adelante, a intentar se fuertes eso es un dios.
Oh el intentar ser unos hipocritas con uno mismo es ser feliz, eso no lo es, es una simple mentria que nos perjudica después de un tiempo. No hay nada bueno en esta vida, considerablemente lo que tu creas que es bueno para tu vida, para tu ser o lo qué sea es lo que haces, no importa si para otros significa una gran mierda, deja a un lado los perjuicios de las "coherentes personas" intenta ser lo que tu eres y deja de comparar lo que es bueno o es malo, sal adelante y si decides morir, es por que tu decidiste que eso es bueno para ti.

Shalom Rosiles
 


¿PUEDES VER LA REALIDAD?


Desvias la mirada de aquella ventana sucia, ya no encuentras nada que mirar en ella, los recuerdos dolorosos de tu vida se han esfumado cómo si de arte de magia fuera. Te sientes alegre, llena de vida, quieres gritarque la mal herida que estaba en tu alma a desaparecido, pero se te hacedemasiado hacerlo.

Caminas por aquella recamara que te ha acompañado en cada momentoque querias descargar la ira, el dolor, la rabia, los llatos de sufrimiento. Esahabitación habia sido tu mejor amiga por demasiado tiempo, pero hoy no lo vez como el ayer que fué, ahora solamente vez paredes blancas, muebles, sillones, lamparas como algo más, objetos sin importancia alguna.Una lagrima recorre tu delicado rostro, esa lagrima demustra la felicidadque se encuentra ahora tu alma, no sabes de donde salio esta repentinaalegria, no lo crees; es más piensas que es un sueño, un sueño que no deberias estar soñando, por que cuando despiertes sera doloroso el ver que todo era fruto de la mente y que no era real aquella nueva sensación que se sentia. Desvias aquellos pensamientos y te diriges a la salida de aquella habitación, miras con detenimiento las paredes de los pasillos de tu hogar tratando de encontrar algo mejor, sonries por inercia cuando bajas las escaleras, te hes facinante todo lo que esta ocurriendo en ti.Estás segura que tu vida esta comenzando apenas que la epoca de mierday desgracias a desaparecido, no quieres presipitarte demasiado quieres sobre llevar las cosas con calma, pero algo dificil de consivir, tu mente, almay todo tu ser quieren vivir esta nueva etapa que hay en ti.

Deslisas aquellas puertas que conducen al hermoso jardín que hay fuerade aquel infierno que estás comenzando a dejar aun lado. Caminas descalza, el sentir el pasto cada que das un paso es una senación relajante, extrañamentelas flores de aquel jardín estan más hermosas que nunca antes, todas desprende una esencia relajante que te acaricia la delicada piel de tu cuerpo. Te tiras de espaldas contra el cesped, estiras tus brazos y piernas acomodandote a esa sensación, cierras los ojos y sories.Piensas demasiadas preguntas pero ¿habra alguna contestación para ellas? o ¿solamente son puras blasfemias que te formas en tu mente?, ¿estás loca derepente?No, no estas loca, toda esa felicidad que sientes en tu alma, en tu cuerpo o mejor dicho en todo tu ser es verdadera, no es un estupido sueño que te hara malgastar tus horas de sueño, todo esta comenzando hacer especial a lo que creias que no tenia sentido. El temor que sientes es logico que este en ti, el haber pasado por grandes situaciones te hace dudar a todo lo que creas ahora, ¿pero sabes que?, dejate llevar y venir por esas deliciosas sensaciones que llevas ahora, relajate.Esta anocheciendo, sabes que tienes que levantarte e irte a tu resguardo, pero estás tan comoda que prefieres quedarte a mirar aquel cielo nuevo que se encuetra ensima de ti.Suspiras con emoción te diste cuenta por fin que estas feliz, que lo eres y que lo seras de ahora en adelante y que no hay marcha atras. Sigues mirando al oscuro cielo con brillantes estrellas pero de otra manera, en tu rostro aparece una resplandeciente sonrisa.

SHALOM ROSILES

¿Dentro o fuera?

La pregunta finalmente después de todo ese viaje era, ¿Iba a salir o no de aquél lugar? Porque en resumen, todo acababa siempre allí. No importaban los dilemas del día, no importaba la azaña de la jornada, no importaba los fracasos, las dudas, lo hecho o que dejara de hacer. Éste era siempre el final del camino, la última cara de todo cuanto sucedía.

Cuatro paredes. Un olor ya bien conocido, que no se distinguía, pero que tenía mucho de sudor, comida, desgaste. Era un olor denso, cotidiano. Con sus cuatro lados, formaba una gran cara que no decía nada. Hablaba de muchos momentos, de muchas cosas, pero siempre, cuando se la reducía al momento de contemplarlo, no había mayor significado. Era sencillamente un cuarto, repleto de objetos-recuerdo, cosas llenas de valores que en el momento de presentarse perdían todo su significado.¿Qué hacer?, ¿salir? Siempre la misma respuesta. Era lógico, que apra un problema que nunca acabará, la necesidad lo obligara a postergarlo con la misma estrategia una y otra vez.

Sin embargo, ese día era diferente. La sola idea de colaborar con ese círculo vicioso de devenires, de reflejos idénticos de situaciones ya vividas, en ese momento, era insoportable. Antes de terminar allí, en ese lugar, fue lo mismo. Todo un largo camino para sencillamente concluir: Hay que hacer lo mismo de siempre (mismisidad de las mismisidades), y negarse, y saturarse de pensamientos desesperados, y finalmente, terminar allí.

¿Y cuál era aquella respuesta repetitiva, que tanto lo atría?. El ritual por excelencia de nuestro momento, ese que permite olvidar todo y entrar en una especie de transfiguración de la personalidad en donde se tiene la vaga sensación de "todo es posible", que aunque en el fondo se sabe que todo es falso, igual se hace, porque con algo ahyq eu sublimar una existencia a la que no somos capaces de darle ningún giro ni de abrir ninguna de sus puertas. Y ese ritual con sistía en la siempre basta y muy ridícula ingesta de brebajes depresivos, con el resultado común de la payasada, la altanería, la coqueteria barata, y aveces, tal vez una patetica crisis. Para dejarlo en claro: La borrachera. Por lo general, presentada en muchas modalidades; Sentado en un andén, metido en una fiesta, o en el fondo d eun antro oscuro llamado bar.

Ah, sí. Hacía años que lo había aceptado. Una respuesta fácil. Mira, tomáte esto y tenés resueltos todos tus dilemas existenciales por los proximos diez años. Y, si tenés suerte, puede que para toda la vida, aunque, no te garantiza algunos malos ratos. Y así s epudren millares de vidas, y uno ya no sabe, ¿me pierdo yo también?¿me emborracho esta noche?. Porque, mierda, no soy capaz de quedarme en esta tumba de cuatro paredes con cama, yo solo, con mis pensamientos. ¡NO!.

Y continuaba justificándose. En el bus lo atacaron, como en una incursión de bombarderos que en lugar de bombas le soltaban pensamientos desgarradores que abatían las bases de su estabilidad psíquica, emocional. En el bus le habían dado bastante duro, incluso tuvo que colocar lo más melancólico que pudo en el reproductor de música, para eso de extripar un poco de veneno que ya lo corroía. Estaba saturado de ideas, contradictorias todas, unas que lo impulzaban a romper con el esquema, otras que lo invitaban a hundirse bajo un lodazal de pretextos, y otras, más numerosas, que lo seducían para colaborar con la corriente de sin sentidos que dominaba a su generación entera.

Pero, al bajar del bus, había tomado ya una determinación, y por eso, aun no cedía. Al bajarse, que de paso sea dicho, se bajó mucho antes de su parada, había decidido hacer algo distinto con su existencia. No sabía que, pue spor supuesto era claro que no tenía nada claro en la cabeza. Pero, con el caminar, descubrió que el movimiento rítmico de sus pies, de alguna manera, evacuaban parte de esos pensamientos excesivos que lo invadían. Y bueno, ya no importaba tanto que en una universidad se sintiera como un cero a la izquierda, y si la mayoria de clases y estudiantes eran mediocres, sencillamente se quedaba con lo poco que pudiera salvar, la profesora que le inspiraba respeto y admiración, y los trabajos que le daban algún orgullo. En definitiva, una vía escape, eso de caminar.

Y en plena caminata, justo cuando más difícil s eponia la discusión consigo mismo, sobre si debia cambiar de amistades, huir d ela casa, empezar a drogarse, o cualquier otra cosa, "el loco". ¿Es esto lo que llaman concidencias?. Pudo encontrarse al loco allí parado, sosteniéndose apenas contra la pared, reventado de furia, dándole una paliza a una lata, para luego, reaccionar contra el muro que lo sostenía, y emprendarla a puñetazos contra este, sacarse en un solo movimiento el saco, mandarloa volar al aire, gritar, bufear, babear, brincar lleno de histerismo, dar vueltas, mirarle, decirle "vida puerca", girarse de nuevo, zapatear, dar patadas, y seguir atacando esa barrera invisible que lo asfixiaba, no parecía otra cosa que una coincidencia sublime. Y para él, en ese momento, era más bien como una revelación. "Hacia allá voy", se decía, suponiendo que si continuaba pensando demasiado, eso le pasaría. Ese era él, El Loco no existía, era solo un reflejo de su propia paranoia interior, reventandose las manos contra muros que no podía derribar, inflándoce de rabia y babeando el suelo lleno de frustración. Ah sí, podés odiar el mundo todo lo que querás, ¿y qué?, claro que no, no hacés una mierda, una diferencia, no hacés nada. En ese momento, siq ue se rindió y estuvo a punto de llamar a alguno que le facilitara la borrachera de esa misma noche, pero no. Termino en el cuarto, y seguía la pregunta, ¿Dentro o fuera?

Juan Pablo Sirolli

Cruz


Entre tanto tedio y días que son pura angustia. En ese rincón con una ropa arrugada, pasillo largo y muebles inclinados. Soportar el aire fresco como una campera que no abriga lo suficiente y que - encima- atenta contra la soltura de los brazos. Sumergido en aquel río revuelto que marea. Pensar en aquellas frases inconclusas, errores permitidos y mil obligaciones sin cumplir que no se cumplirán. Querer que todo sea una mentira, y/o una simple pesadilla, aceptando - de igual manera- que hoy no se podrá dormir sin despertar por la mitad. Saber que ayer fuiste olvido, hoy un recuerdo macabro y más tarde llanto. Entre todo eso, encontrar la manera de escribir lo sagrado en una hoja imaginaria, y chocar contra un rompecabezas mental sin anestesia. Perder entre tantas piezas indefinidas, tantas voces, y lograr cerrar los ojos, como una tregua momentánea.
Sucede que entre tantos puntos que nublan la vista, entre tanto ruido, entre todo eso, entre tanto y tanto - cíclicamente - volvés a toparte conmigo.

De allí llegan días de sol, rincones sin basura, pasillos con libre paso y cuarto ordenado. Un aire cálido abraza el cuerpo y aquella ramera se archiva en el placard. El río invita a nadar - entre diálogos amenos y libros para leer -. Cumplir con la agenda semanal, dormir después de tener buen sexo, mimitos y agua mineral. Maquinalmente todo parece una mentira, una realidad parecida a la ficción, un sueño remoto que te hace babear la almohada. Aquello sucede - parece -, sin importar que el día se figure más placentero que de costumbre, sin contar que ayer conversamos, que hoy nos encontramos y después reímos. Entre todo eso, lograr dibujar tu sonrisa matinal en mi frente, para quedar mudo ante tanta cosa excesivamente feliz. Sucumbir por abrazarte, sin querer abrir los ojos y terminar despertando.

Sucede que entre tanto y tanto: la risa amena, la suave brisa y la tranquilidad del momento, ocurre que te pierdo de vista, como un chasquido de dedos.

Entonces vuelvo a patalear, intento soltarme de unos nudos que me asfixian, como una pesadilla que te impide escapar.

Quiero...me quedo, en una inacción perpetuas.
Esperando toparme con vos, otra vez.

Autor Anónimo.

Todo depende de la posición.

Hacerlo parado fortalece la columna,
boca abajo estimula la circulación de la sangre,
boca arriba es placentero,
hacerlo sólo es rico, pero egoísta,
en grupo puede ser divertido,
en el baño es muy digestivo,
en el auto puede ser peligroso.
Hacerlo con frecuencia desarrolla la imaginación,
entre dos enriquece el conocimiento,
de rodillas resulta doloroso.
En fin, sobre la mesa o sobre el escritorio,
antes de comer o de sobremesa,
sobre la cama o en la hamaca,
sobre el césped o la alfombra,
con música o en silencio,
entre sabanas o en el closet:
hacerlo, siempre es bueno.
No importa la edad, ni la raza, ni el credo, ni el sexo, ni la posición económica...
...Leer es un placer.

                                                                                Autor anónimo




MALDITA SOLEDAD 


Soledad, famosa soledad. Hay algunos que desean tenerla en esos momentos en los que se quiere estar solo. Hay soledades calladas, taciturnas, así como hay otras que acompañan. La que ahora llevo es una soledad no deseada, es "Esa soledad", esa soledad ruidosa y gritona, esa soledad que a veces es imposible de callar, esa soledad que se te pega a todo lado;en el desayuno, no en el almuerzo porque ya no almuerzo, pero sí en la cena, esa soledad que se mete en mi cama todas las noches, y aunque es pésima amante, a veces, sólo a veces, se convierte en una compañía cálida cuando deja de gritar y me susurra al oido:"me voy a ir". Me iluciona, hace conmigo lo que quiere, y de nuevo comienza a gritar, cada vez más alto, me grita y me reclama por qué me olvidé de ella, de esas 24 semanas y algunos días.

"Siempre fuiste mío"-me dice-, y estuve ahí, observándote desde la ventana cada noche en la que hablabas con ella, estuve ahí todo el tiempo. Era yo, pero aunque querias ignorarme, fui yo quien se sento a la mesa contigo en el almuerzo ese 27 de diciembre, y aunque me sentías, no me mirabas. Fui yo quien te colgó el telefono cuando la llamaste, y la que celebraba con cada copa que bebías. Esa noche, volvías a mí.
"Esa soledad", como me llamas, es la que escribe cuando tú escribes, es la que canta cuando tú cantas, soy la que bebe tus lagrimas en un coctel de depresiones, desilusiones y angustias, con una sombrilla roja que decora la copa.
Soy yo, parte de ti y de tu existencia, y no mé ire jamás, de la misma manera que ella jamás querrá volver.

Desafortunadamente ella es la cura y a la vez la enfermedad. Es ilógico...es amor.

Juan Pablo Sirolli


Lo que llamamos amor.

Buscamos muchas veces cosas con tanto deseo, con tanta desesperación que cuando llega el momento de poseerlas las usamos y las botamos.

Pero, ¿qué pasa cuando no es una cosa lo que usan, si no es un ser humano?, ¿cuándo los sentimientos que hieren son los tuyos?, ¿cuándo sientes necesidad de pagar con la misma moneda pero amas tanto que no eres capaz?

¿Resignarse?, ¿eso es lo que hay que hacer?, muchas veces estupidez, otras veces cobardía, pero nunca eres capaz de hacer lo que quieres con la persona que tanto dolor te ha causado, con la persona que no te valoro, con ese ser que lo único que merece es desprecio de tú parte, pero no somos capaces.

Ese es el amor, es ese sentimiento que te hace masoquista, que no permite que devuelvas el daño hecho, el que hace que el querer vengarte desaparezca, el que solo trae sufrimiento.

Huir de él es imposible, es como tratar de encontrar una salida en un laberinto sin fin, siempre llegara, siempre estará presente, algunas veces traerá felicidad y muchas otras causara el efecto contrario, entonces ¿Cómo librarse de él?, o, ¿Cómo escapar de él?, si es imposible.

El hecho no es escapar ni huir de él, es poder aceptarlo, es poder demostrar que eres más fuerte que él, es el aprender a convivir con él, pues ¿de qué vale existir si nunca te arriesgas?, ¿de qué vale vivir cuando nunca te das la oportunidad de amar de verdad?

Laura Catalina Sanabria Rangel.