lunes, 29 de marzo de 2010

CUENTO CORTO DE ESTA SEMANA

¿PUEDES VER LA REALIDAD?


Desvias la mirada de aquella ventana sucia, ya no encuentras nada que mirar en ella, los recuerdos dolorosos de tu vida se han esfumado cómo si de arte de magia fuera. Te sientes alegre, llena de vida, quieres gritarque la mal herida que estaba en tu alma a desaparecido, pero se te hacedemasiado hacerlo.

Caminas por aquella recamara que te ha acompañado en cada momentoque querias descargar la ira, el dolor, la rabia, los llatos de sufrimiento. Esahabitación habia sido tu mejor amiga por demasiado tiempo, pero hoy no lo vez como el ayer que fué, ahora solamente vez paredes blancas, muebles, sillones, lamparas como algo más, objetos sin importancia alguna.Una lagrima recorre tu delicado rostro, esa lagrima demustra la felicidadque se encuentra ahora tu alma, no sabes de donde salio esta repentinaalegria, no lo crees; es más piensas que es un sueño, un sueño que no deberias estar soñando, por que cuando despiertes sera doloroso el ver que todo era fruto de la mente y que no era real aquella nueva sensación que se sentia. Desvias aquellos pensamientos y te diriges a la salida de aquella habitación, miras con detenimiento las paredes de los pasillos de tu hogar tratando de encontrar algo mejor, sonries por inercia cuando bajas las escaleras, te hes facinante todo lo que esta ocurriendo en ti.Estás segura que tu vida esta comenzando apenas que la epoca de mierday desgracias a desaparecido, no quieres presipitarte demasiado quieres sobre llevar las cosas con calma, pero algo dificil de consivir, tu mente, almay todo tu ser quieren vivir esta nueva etapa que hay en ti.

Deslisas aquellas puertas que conducen al hermoso jardín que hay fuerade aquel infierno que estás comenzando a dejar aun lado. Caminas descalza, el sentir el pasto cada que das un paso es una senación relajante, extrañamentelas flores de aquel jardín estan más hermosas que nunca antes, todas desprende una esencia relajante que te acaricia la delicada piel de tu cuerpo. Te tiras de espaldas contra el cesped, estiras tus brazos y piernas acomodandote a esa sensación, cierras los ojos y sories.Piensas demasiadas preguntas pero ¿habra alguna contestación para ellas? o ¿solamente son puras blasfemias que te formas en tu mente?, ¿estás loca derepente?No, no estas loca, toda esa felicidad que sientes en tu alma, en tu cuerpo o mejor dicho en todo tu ser es verdadera, no es un estupido sueño que te hara malgastar tus horas de sueño, todo esta comenzando hacer especial a lo que creias que no tenia sentido. El temor que sientes es logico que este en ti, el haber pasado por grandes situaciones te hace dudar a todo lo que creas ahora, ¿pero sabes que?, dejate llevar y venir por esas deliciosas sensaciones que llevas ahora, relajate.Esta anocheciendo, sabes que tienes que levantarte e irte a tu resguardo, pero estás tan comoda que prefieres quedarte a mirar aquel cielo nuevo que se encuetra ensima de ti.Suspiras con emoción te diste cuenta por fin que estas feliz, que lo eres y que lo seras de ahora en adelante y que no hay marcha atras. Sigues mirando al oscuro cielo con brillantes estrellas pero de otra manera, en tu rostro aparece una resplandeciente sonrisa.

SHALOM ROSILES

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lunes, 22 de marzo de 2010

CUENTO CORTO DE ESTA SEMANA.

¿Dentro o fuera?


La pregunta finalmente después de todo ese viaje era, ¿Iba a salir o no de aquél lugar? Porque en resumen, todo acababa siempre allí. No importaban los dilemas del día, no importaba la azaña de la jornada, no importaba los fracasos, las dudas, lo hecho o que dejara de hacer. Éste era siempre el final del camino, la última cara de todo cuanto sucedía.


Cuatro paredes. Un olor ya bien conocido, que no se distinguía, pero que tenía mucho de sudor, comida, desgaste. Era un olor denso, cotidiano. Con sus cuatro lados, formaba una gran cara que no decía nada. Hablaba de muchos momentos, de muchas cosas, pero siempre, cuando se la reducía al momento de contemplarlo, no había mayor significado. Era sencillamente un cuarto, repleto de objetos-recuerdo, cosas llenas de valores que en el momento de presentarse perdían todo su significado.¿Qué hacer?, ¿salir? Siempre la misma respuesta. Era lógico, que apra un problema que nunca acabará, la necesidad lo obligara a postergarlo con la misma estrategia una y otra vez.


Sin embargo, ese día era diferente. La sola idea de colaborar con ese círculo vicioso de devenires, de reflejos idénticos de situaciones ya vividas, en ese momento, era insoportable. Antes de terminar allí, en ese lugar, fue lo mismo. Todo un largo camino para sencillamente concluir: Hay que hacer lo mismo de siempre (mismisidad de las mismisidades), y negarse, y saturarse de pensamientos desesperados, y finalmente, terminar allí.


¿Y cuál era aquella respuesta repetitiva, que tanto lo atría?. El ritual por excelencia de nuestro momento, ese que permite olvidar todo y entrar en una especie de transfiguración de la personalidad en donde se tiene la vaga sensación de "todo es posible", que aunque en el fondo se sabe que todo es falso, igual se hace, porque con algo ahyq eu sublimar una existencia a la que no somos capaces de darle ningún giro ni de abrir ninguna de sus puertas. Y ese ritual con sistía en la siempre basta y muy ridícula ingesta de brebajes depresivos, con el resultado común de la payasada, la altanería, la coqueteria barata, y aveces, tal vez una patetica crisis. Para dejarlo en claro: La borrachera. Por lo general, presentada en muchas modalidades; Sentado en un andén, metido en una fiesta, o en el fondo d eun antro oscuro llamado bar.


Ah, sí. Hacía años que lo había aceptado. Una respuesta fácil. Mira, tomáte esto y tenés resueltos todos tus dilemas existenciales por los proximos diez años. Y, si tenés suerte, puede que para toda la vida, aunque, no te garantiza algunos malos ratos. Y así s epudren millares de vidas, y uno ya no sabe, ¿me pierdo yo también?¿me emborracho esta noche?. Porque, mierda, no soy capaz de quedarme en esta tumba de cuatro paredes con cama, yo solo, con mis pensamientos. ¡NO!.


Y continuaba justificándose. En el bus lo atacaron, como en una incursión de bombarderos que en lugar de bombas le soltaban pensamientos desgarradores que abatían las bases de su estabilidad psíquica, emocional. En el bus le habían dado bastante duro, incluso tuvo que colocar lo más melancólico que pudo en el reproductor de música, para eso de extripar un poco de veneno que ya lo corroía. Estaba saturado de ideas, contradictorias todas, unas que lo impulzaban a romper con el esquema, otras que lo invitaban a hundirse bajo un lodazal de pretextos, y otras, más numerosas, que lo seducían para colaborar con la corriente de sin sentidos que dominaba a su generación entera.
Pero, al bajar del bus, había tomado ya una determinación, y por eso, aun no cedía. Al bajarse, que de paso sea dicho, se bajó mucho antes de su parada, había decidido hacer algo distinto con su existencia. No sabía que, pue spor supuesto era claro que no tenía nada claro en la cabeza. Pero, con el caminar, descubrió que el movimiento rítmico de sus pies, de alguna manera, evacuaban parte de esos pensamientos excesivos que lo invadían. Y bueno, ya no importaba tanto que en una universidad se sintiera como un cero a la izquierda, y si la mayoria de clases y estudiantes eran mediocres, sencillamente se quedaba con lo poco que pudiera salvar, la profesora que le inspiraba respeto y admiración, y los trabajos que le daban algún orgullo. En definitiva, una vía escape, eso de caminar.



Y en plena caminata, justo cuando más difícil s eponia la discusión consigo mismo, sobre si debia cambiar de amistades, huir d ela casa, empezar a drogarse, o cualquier otra cosa, "el loco". ¿Es esto lo que llaman concidencias?. Pudo encontrarse al loco allí parado, sosteniéndose apenas contra la pared, reventado de furia, dándole una paliza a una lata, para luego, reaccionar contra el muroq ue lo sostenía, y emprendarla a puñetazos contra este, sacarse en un solo movimiento el saco, mandarloa volar al aire, gritar, bufear, babear, brincar lleno de histerismo, dar vueltas, mirarle, decirle "vida puerca", girarse de nuevo, zapatear, dar patadas, y seguir atacando esa barrera invisible que lo asfixiaba, no parecía otra cosa que una coincidencia sublime. Y para él, en ese momento, era más bien como una revelación. "Hacia allá voy", se decía, suponiendo que si continuaba pensando demasiado, eso le pasaría. Ese era él, El Loco no existía, era solo un reflejo de su propia paranoia interior, reventandose las manos contra muros que no podía derribar, inflándoce de rabia y babeando el suelo lleno de frustración. Ah sí, podés odiar el mundo todo lo que querás, ¿y qué?, claro que no, no hacés una mierda, una diferencia, no hacés nada. En ese momento, siq ue se rindió y estuvo a punto de llamar a alguno que le facilitara la borrachera de esa misma noche, pero no. Termino en el cuarto, y seguía la pregunta, ¿Dentro o fuera?




Juan Pablo Sirolli



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lunes, 15 de marzo de 2010

CUENTO CORTO SEMANAL.

Cruz

Entre tanto tedio y días que son pura angustia. En ese rincón con una ropa arrugada, pasillo largo y muebles inclinados. Soportar el aire fresco como una campera que no abriga lo suficiente y que - encima- atenta contra la soltura de los brazos. Sumergido en aquel río revuelto que marea. Pensar en aquellas frases inconclusas, errores permitidos y mil obligaciones sin cumplir que no se cumplirán. Querer que todo sea una mentira, y/o una simple pesadilla, aceptando - de igual manera- que hoy no se podrá dormir sin despertar por la mitad. Saber que ayer fuiste olvido, hoy un recuerdo macabro y más tarde llanto. Entre todo eso, encontrar la manera de escribir lo sagrado en una hoja imaginaria, y chocar contra un rompecabezas mental sin anestesia. Perder entre tantas piezas indefinidas, tantas voces, y lograr cerrar los ojos, como una tregua momentánea.


Sucede que entre tantos puntos que nublan la vista, entre tanto ruido, entre todo eso, entre tanto y tanto - cíclicamente - volvés a toparte conmigo.


De allí llegan días de sol, rincones sin basura, pasillos con libre paso y cuarto ordenado. Un aire cálido abraza el cuerpo y aquella ramera se archiva en el placard. El río invita a nadar - entre diálogos amenos y libros para leer -. Cumplir con la agenda semanal, dormir después de tener buen sexo, mimitos y agua mineral. Maquinalmente todo parece una mentira, una realidad parecida a la ficción, un sueño remoto que te hace babear la almohada. Aquello sucede - parece -, sin importar que el día se figure más placentero que de costumbre, sin contar que ayer conversamos, que hoy nos encontramos y después reímos. Entre todo eso, lograr dibujar tu sonrisa matinal en mi frente, para quedar mudo ante tanta cosa excesivamente feliz. Sucumbir por abrazarte, sin querer abrir los ojos y terminar despertando.


Sucede que entre tanto y tanto: la risa amena, la suave brisa y la tranquilidad del momento, ocurre que te pierdo de vista, como un chasquido de dedos.


Entonces vuelvo a patalear, intento soltarme de unos nudos que me asfixian, como una pesadilla que te impide escapar.


Quiero...me quedo, en una inacción perpetuas.
Esperando toparme con vos, otra vez.

Anónimo.

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lunes, 8 de marzo de 2010

UN PEQUEÑO ESCRITO PARA DIVERTIRSE UN RATO.

Todo depende de la posición.

Hacerlo parado fortalece la columna,
boca abajo estimula la circulación de la sangre,
boca arriba es placentero,
hacerlo sólo es rico, pero egoísta,
en grupo puede ser divertido,
en el baño es muy digestivo,
en el auto puede ser peligroso.
Hacerlo con frecuencia desarrolla la imaginación,
entre dos enriquece el conocimiento,
de rodillas resulta doloroso.
En fin, sobre la mesa o sobre el escritorio,
antes de comer o de sobremesa,
sobre la cama o en la hamaca,
sobre el césped o la alfombra,
con música o en silencio,
entre sabanas o en el closet:
hacerlo, siempre es bueno.
No importa la edad, ni la raza, ni el credo, ni el sexo, ni la posición económica...
...Leer es un placer.

Autor anónimo

Qué se imaginaron? O.O MAL PENSADOS!!!!...Es que la sociedad de hoy en día no hace más que pensar en obsenidades....hahahahahaha...ojala lo hallan disfrutado. xD
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lunes, 1 de marzo de 2010

CUENTO CORTO DE ESTA SEMANA

MALDITA SOLEDAD

Soledad, famosa soledad. Hay algunos que desean tenerla en esos momentos en los que se quiere estar solo. Hay soledades calladas, taciturnas, así como hay otras que acompañan. La que ahora llevo es una soledad no deseada, es "Esa soledad", esa soledad ruidosa y gritona, esa soledad que a veces es imposible de callar, esa soledad que se te pega a todo lado;en el desayuno, no en el almuerzo porque ya no almuerzo, pero sí en la cena, esa soledad que se mete en mi cama todas las noches, y aunque es pésima amante, a veces, sólo a veces, se convierte en una compañía cálida cuando deja de gritar y me susurra al oido:"me voy a ir". Me iluciona, hace conmigo lo que quiere, y de nuevo comienza a gritar, cada vez más alto, me grita y me reclama por qué me olvidé de ella, de esas 24 semanas y algunos días.

"Siempre fuiste mío"-me dice-, y estuve ahí, observándote desde la ventana cada noche en la que hablabas con ella, estuve ahí todo el tiempo. Era yo, pero aunque querias ignorarme, fui yo quien se sento a la mesa contigo en el almuerzo ese 27 de diciembre, y aunque me sentías, no me mirabas. Fui yo quien te colgó el telefono cuando la llamaste, y la que celebraba con cada copa que bebías. Esa noche, volvías a mí.
"Esa soledad", como me llamas, es la que escribe cuando tú escribes, es la que canta cuando tú cantas, soy la que bebe tus lagrimas en un coctel de depresiones, desilusiones y angustias, con una sombrilla roja que decora la copa.
Soy yo, parte de ti y de tu existencia, y no mé ire jamás, de la misma manera que ella jamás querrá volver.

Desafortunadamente ella es la cura y a la vez la enfermedad. Es ilógico...es amor.

Juan Pablo Sirolli.

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