miércoles, 19 de diciembre de 2012

Quien se esconde en palabras.

Felices 21 meses juntos corazón. Me molesta haber estado lejos de ti, y más un día como hoy. Pero dime, ¿realmente cuándo nos ha salido algo bien? No sé por donde empezar quizás por un lo siento corazón, lo siento por dejarte de lado tantas veces o por parecer que me vale huevo como me dices. Te extraño. Te extraño infinitamente y te he extrañado en cada momento. Es curioso pensar cómo mi subconsciente me traiciona y sueño contigo sin creer que tú hagas lo mismo, ni siquiera esperándolo porque al fin de cuentas, ¿Quién es la vieja de la relación? Yo sé que así molestemos con el tema tomo ese papel protagónico enteramente a la perfección. Amor cada momento pienso en ti y hoy cada segundo he querido estar junto a ti. Maldita hermana insignificante con sus canciones azules.
¿Que haces?¿qué piensas?¿qué sientes? Miles de interrogantes pasan por mi cabeza en este momento. Trato de descifrar tu mirada, tus expresiones, tu rostro recostado en tu mano derecha, tus suspiros... tu desesperación. Y ahora la esquina del cuarto totalmente blanco y un atisbo de la almohada en la que seguramente recostarás tu cabeza y descansarás, la que de seguro te acompañará esta noche y las venideras sin importar qué tan celosa esté de ella, sin importarle en lo más mínimo mi salud emocional.
Te extraño, y yo sí lo recuerdo, recuerdo todo a la perfección.
Son las 11:01 pm de nuestro día. Del día que esperaba pasar junto a ti, uno de los más hermosos. Ahora 58 minutos restantes espero que sueñes conmigo, 57 y quiere besarte desesperadamente, 56 y deseo con todas mis fuerzas que me cuentes qué es o que sucede, 55 y odio que te vayas tan seguido porque sé que me tratas de decir algo, 54 y mejor no seguir.
53 minutos restantes... Buenas noches corazón.
Te susurraría un te amo al oído, imagina que lo hago.

domingo, 14 de agosto de 2011

QUE AL QUE LE CAIGA EL GUANTE QUE SE LO PLANTE.

¿por qué será que la gente está en un paraíso utópico donde todo lo que no se le acomode es ilógico y violento?, ¿por qué será que un simple "no", es como un apocalipsis para todo aquel le repugna la negación?¿por qué tanta fobia a lo inimaginable y lo que desea uno ser o dejar de ser?. Malo porque no lo hace pero peor porque que sí. Canalla porque expresa lo que es, pero diabólico si no se deja ver.
La gente dice que lo que es normal es lo bueno para la sociedad, que si un simple ser humano no concuerda con la idea de lo que se osan a llamar felicidad, el mundo se va a acabar. Creo que no soy buena en esto y me disculpo si soy pésima e incomodo, pero ya tenía suficiente con los acontecimientos, palabras, emociones y pensamientos de aquella ocasión. No soporto escuchar la injusticia del ignorante por querido que sea. Así pues:

Llamado a permanecer escondido, ese fue el destino que le tocó.
Un corazón de valiente que se marchitó.
Sólo son las personas culpables de tan cruel realidad,
pero tan cínicas que no se creen capaz.
El hombre pensaba ser y tal vez aprovechar,
un poco de sus limitaciones para ver si podía crear.
Aunque como todo en esta maldita sociedad,
solamente lo conocido por normal es lo que se debe contemplar.
No le importaba el tan obvio desprecio cuando decidió continuar,
con su gran salida de tan oscuro lugar, aposento, habitación...soledad.
Pensaba que no era nadie y justo entonces lo entendió.
bastaba con gozar lo que un vagabundo le dio.
"Don" le llamaban algunos al igual que otros maldecían su capacidad.
Creían que por las palabras se convertiría en el enigma de lo general.
Callado y apesadumbrado sólo deseaba convivir,
con la idea de quien lo habían hecho residir.
Desahogaba lo que sentía, decían que esa era la manera de conocer.
Pero justo cuando lo hacía, nadie le creía por el temor a ser usted.
Paraba de vez en cuando al esperar el momento adecuado
y justo entonces un curioso ocioso se limitaba a leer,
no sus actitudes ni desgracias, sino las bellas artes que permanecían allí
junto al gran incógnita de aquel ser y de su sin fin.
Había quien pensaba así como los que simplemente culpaban,
se limitaban a devolver la desgracia del ser humano que solía ser.
Allí comienza de nuevo la historia, un reinicio y creen que luego no hay más,
que los problemas se borrarán así, como si no hubiera nada justo atrás.
Creían que una "ayuda" a volver a ser "normal"
debían darle para salir de aquella enfermedad.
¡Basta ya!, gritaba una sola voz
deseando ser escuchada por el desdichado de la ocasión.
¡Basta ya!, gritaba yo creyendo que así lograría cambiar
lo que no les entraba en el pequeño cuadrado
que los otros creían que era la verdadera felicidad.
Luego se preguntaban el por qué, pensaban que fueron ellos o que fue casualidad.
Luego creían que el mundo estaba loco y ¡oh!, ¡perspicaz aquel quien creía comprender!
pero lo siento, es mi comodidad, rezo, digo, y me mantengo junto al supremo
pero de su filosofía ¿qué carajos es lo que defiendo?
-Nada- la conciencia les reprimía
- ¿al igual, qué importaba?. Fueron ellos.



Catalina Rodríguez

sábado, 12 de febrero de 2011

MENTE DE UN PSICÓPATA

Son las esperanzas que irónicamente entre más grandes más rápido se destruyen. Y sí, es cierto, se puede soñar por mayor pero los resultados siempre van a estar en déficit. Yo personalmente ya he hecho suficiente con apenas tratar. ¡Pero qué más da!. Mi nombre es Ignacio Puertas. Maldito apellido el que me acompaña. Me perdonarán, pero es que no tiene gracia. Puertas, como si enserio existieran o siquiera estuvieran abiertas.

Durante varios años estudié literatura... bueno, trataron de enseñarme, porque la verdad es que no le encuentro ni un poco de interés al asunto e incluso he llegado a preguntarme por qué carajos escogí la carrera como pasatiempo. No era, no soy y nunca seré ni un gran poeta como Poe, ni novelista como Vargas Lloza, mucho menos gran escritor como Pombo o por lo menos alguien como Gabo. La verdad es que soy simplemente un pequeño ser insignificante que está deprimido por la parte de mundo que le tocó. Mi familia no lo entiende, dice que estoy mentalmente enfermo y aunque no sé si creerles o seguir con mi patética simulación de vida, siempre me han tachado de extraño idealista y estúpido anarquista. La verdad es que simplemente quisiera poder ver cómo sería el mundo sin un Puertas y mucho menos un Ignacio. ¿pero a quién se le cumple lo que quiere?. Muchos desean, otros dicen que luchan, y yo bueno, yo simplemente quiero. Quisiera poder volar, quisiera poder vivir sin aire, quisiera amar o al menos poder querer cosas un poco menos delirantes. Sí, quisiera. Quisiera, como si nadie quisiera.

Grandes siluetas se forman en las sombras, pero resultan siendo sólo eso, sombras que no dan para más, formas que en cierto punto llegan a ser parte de nuestra imaginación y por tal es la única muestra honesta de nuestra alma. O al menos eso era lo que pensaba yo.

Mi nombre es Calisto Bermúdez, era antes un hermoso pájaro, luego un pez en medio del inmenso océano, tras de eso cupido y ahora un simple mortal. ¿Qué podría decirles?, no es que pueda considerarme un hombre medianamente decente, generalmente todo el tiempo tiendo a tener delirios de grandeza y aunque sean tanto que deba confesarlos, puedo lograr ver lo que algunos no ven, sentir lo que pocos sienten y escuchar lo que nadie escucha. Sí, soy un ser que vive en su mundo (sería mejor aclarar que soy un ser que pudo formarlo, vivir en él y permanecer allí); Soy, como muchos me llamarían, Dios.

Mi reino no es tan solo todo lo formado, ni mucho menos la mínima parte de lo que se ve. Mi reino no existe allá, ni más abajo, ni más arriba porque mi reino, mi casa, mi hogar está aquí. Me tacharán de loco, de artísta, poeta, mujeriego o tan solo vagabundo. La verdad es que no me importa lo que piensen, porque yo sí tengo abiertos los ojos, veo colores que pocos conocen, siluetas que nadie distingue y seres increíbles.

Durante varios años me llamaron Señor, luego el creador y después de eso ya ni tenía importancia. Al principio todos me seguían y ahora, con el pasar de los años, me alaban. Misteriosas y crédulas criaturas que sí son. !Que viva la simpleza de esta forma de vida¡

Encerrado algunas veces pensaba que la loca llegaría en algún momento. Mis compañeros decían ser entes sobrenaturales, pero ¿quién podría ser tan estúpidamente ingenuo?. Unos debían salvar el planeta de la invasión extraterrestre, otros creían creer que eran grandes jugadores y muchos fingían tener una vida. Yo por mi parte me limitaba a levantar la cabeza y tratar de recordar los muchos lapsus de tiempo en los que me perdía.

Durante varios años solía visitar, no ser visitado. Pensaba que todo seguiría igual, y piensen lo que quieran pero adoraba la rutina que eso implicaba. Ahora que lo pienso, creo que alguna vez llegué a salir de este hueco que es mi subconsciente, pero en este momento simplemente me conformo con esperar lo inevitable. Y es que aveces estoy y aveces no lo estoy.

Creo que conozco a algún Puertas, un tal Ignacio, ¿era así que se llamaba?. Siempre lo taché como un tipo raro pues sólo deseaba comodidad, esos placeres de la mente pero desafortunadamente no deseaba los hermosos e incontables placeres de la vida. Que personaje tan inocente o mas bien molestamente único. Nada me puede fastidiar más que alguien que vive al margen de la conformidad, son tan despreciables, creen que con tener para vivir en realidad lo hacen. Pero no. ¿qué sería de éste mundo sin las grandes mentes?, ¿es que nadie se da cuenta de que les necesitábamos en ese entonces y ahora más que nunca?. Ese cuento de igualdad no tiene principio ni final, ya basta de engaños siempre habrán los que estén arriba y los demás. Como si no supiéramos que en realidad nos persiguen los perseguidos, que son los que ganan los que reescriben la historia, que aunque crean poder luchar nunca lo harán, llegará el momento en que todos van a notar.

Cada vez menos veces lograba mantener la mente en blanco, pensaba que el problema había terminado, ¿podría salir ahora?
-No- me respondían- Estás bien es a causa de las medicinas.
Sí claro, como si la abstinencia a esas pequeñas píldoras que había dejado de tomar dos días atrás lograran su verdadero efecto. Quería salir de allí, deseaba salir, iba a hacerlo. Costara lo que costara, invocara lo que tuviera que invocar y sufriera lo que tuviera que sufrir.

Creo que ya viene siendo hora de tomar medidas drásticas. Ya no lo soportaba más, si algo compartía con ese Puertas a demás de la cama eran las ganas de salir de aquel lugar.

No, no, mejor no. Creo que la vida no es tan mala al fin de cuentas. Podría seguir así, esperar un poco más. Tal vez se marcharía.

Ya no había vuelta atrás. El plan debía terminar.

Sí, lograría sobrevivir. Tan solo tenía que llegar al pabellón de enfermería y tomar unas píldoras. Diez metros, cinco, tres, ya un paso, la puerta al frente.

Al diablo con la indecisión. Es ahora o nunca.




Catalina Rodríguez

sábado, 5 de febrero de 2011

YO CON YO, YO CON TÚ, YO CON NADIE.

A veces me pregunto a dónde carajos se fue lo que solía ser, porque en serio le estoy necesitando.

Esta es la historia de una vida sin personajes, nombres propios, o si quiera consonantes. Esta es la historia que tantos han vivido, pero pocos han logrado entender. Esta la historia de lo que fue, ya no es y condenadamente nunca podrá ser. Sí, esta es la historia de un desconocido, de un vago más, alguien menos a quien preparar. ¿Te parece conocido?¿Alguna vez lo has visto?. Él sí, incluso te manda saludos. Yo, bella caricatura, te quiere ver una vez más.

Estaba Yo esperando por Tú (un círculo vicioso, un egoísta círculo), incluso Yo no lo entendía, Usted siempre se lo reprochaba, y Quizás lo torturaba. Es que ese era el día, ese maldito día por el que todos esperamos, ese momento por el que Realidad moría, ese instante en el que todo vuelve a ser normal.

Tú acababa de llegar, incensato sentimiento el que se apoderó de Yo, ¿mariposas en el estómago?, creía que esa etapa estaba destruída, sí, superada, pero al parecer no.

-¿Sabes que te quiero?- respetía Tú una y otra vez. Yo recordaba que Ilusión le había dicho repetidamente que le creyera, pero Realidad decía que moriría si lo hacía.

-No lo sé- Contestaba Yo, al mismo tiempo que volvía a su cuarto con la imagén del misterioso suicida que le decía que Realidad tenía razón, que Ilusión se equivocaba, y sobre todo, que Muerte en verdad lo extrañaba. Yo escuchó por última ocasión, antes de decidirse de una vez por todas, la voz de Conciencia quien le enfatizaba que aquellas palabras sólo existían para disimular, porque en verdad Yo sabía, pero no quería confirmar.

-Bueno, al menos sabes que te soy fiel- Decía Tú, de manera desesperada esta vez. Pero Yo no dejaba de preguntarse si era verdadera fidelidad, y si lo era, ¿a quién?. A Ti, a Yo, a Usted, a Ideal, a Malo, a Bueno, a Quiero, a Sueño, a Puedo, a Realidad. ¿Fidelidad a quién?, a Él, a Ella, a Supongo, a Definitivamente, a Quizás, ¿a quién, maldita sea, a quién?.

-Es que son demasiadas cosas- Respondía Yo de manera un tanto descontrolada. La verdad era que Yo ya no sabía qué pensar, qué decir, qué decisión tomar. No sabía si continuar u olvidar, no sabía si seguir o avanzar, no sabía nada, sólo que Amor era más fuerte que Tú, que Ilusión sólo lo retenía, que Realidad lo ayudaba, y que siempre quiso sólo a una persona.

Yo no dijo nada más, sólo se paró de su asciento, dio media vuelta, y justo al abrir la puerta puso de nuevo su mirada en Tú y con esta le dijo adiós. Ya no le importaba nada aparte de Nadie, ya ni siquiera Amor vivía en su ser, ya se había cansado de ser mariposa porque tal véz por eso sólo viven dos semanas.

Ahora Yo sí disfrutaba un trago después de mucho tiempo -¡Salud!- decía-¡Salud por todo lo que me dejó de importar, salud por aquella bella insensibilidad, salud porque ya no me importa más, salud porque Tú, Él y Usted, ya no son nada en realidad!.

Derrepente Yo despertaba en su cuarto, se había caído, y varias marcas del alcohol permanecían en su cuerpo, pero sabía que no se debían a alegrias o a dichas, sino más bien a crueldad y sufrimiento, porque la tarde anterior había sido todo lo contrario a lo que desearía que fuera.

Y recordando palabras de Sabiduría en persona volvío a dormir con la esperanza de que aquello fuera verdad.

¿Se puede encotrar el amor verdadero cada dos meses?. Neeeh, no existe. ¿Se puede pensar si quiera en ello?. Neeeh, sería esngañarse. ¿Se puede al menos tener una esperanza?. Neeeeh, pierdes.

Yo y Él son uno sólo como el ying y el yang, igual que Yo con Ella, Yo con Usted, Yo con Ellos, Yo con Quizá, o Yo con Tal Véz. Yo con Yo, Yo con Tú, Yo con Nadie.


Catalina Rodríguez.

martes, 1 de febrero de 2011

CUENTAN LAS GRANDES HISTORIAS

Mi vida, mi corazón, en verdad que te llevo en el fondo de este rincon. Sí, guardada entre lazos, encerrada en una jaula llena de cadenas, sogas custodiadas por lo que parece ser un candado viejo y oxidado que con el más mínimo movimiento te dejaría salir. Varias veces me he planteado olvidarte, dar Ctrl-Alt-Supr, perder la memoria, eliminar archivo o esconderte por siempre al cerrar la puerta de la celda estando yo fuera. Sí, cuantas veces no se me ha venido la idea a la cabeza, el problema es que prefiero dar todo antes de quedarme sin nada. Es enserio, dar todo porque para tenerte tendría que dejar mi vida, pero al estarlo seguiría sin nada, porque tú, corazón de papel, que cuando se moja desaparece, no eres nada.

De pequeños nos gustaba crear historias fantásticas, creer en los cuentos de hadas, incluso, ser fervientes creyentes de los finales felices. Pero cuando despiertas de aquel mundo inmerso en la imaginación, de ese universo totalmente paralelo en el que todo nos sale bien, los errores se corrigen, todo el mundo se perdona y el amor verdadero existe; sólo después de caerte de la cama, te das cuenta de que no somos nada sino poco más que la ilusión de lo que esperamos ser.

Hace ya bastante tiempo que el golpe vino, pero al parecer necesito otras cuantas caídas más del resto de colchones para poder llegar al guisante, y tal vez tras este, al firme suelo. Lo curioso del asunto es que nadie me ha dicho si la inevitable caída es por la mortífera gravedad, o porque el brazo que nos dió la mano tiende a botarnos. ¿por qué será que tras una hermosa velada damos vueltas y vueltas hasta que el espacio del colchón no es lo suficientemente grande como para sostener dos grandes egos?.

Cuentas las grandes historias de espectaculares literatos que el amor sí existe, pero que es egoísta y completamente natural. Pero yo, como soy un simple "escritor" con una pésima obra, digo que no; el amor verdadero no existe, porque esté no es egoísta y mucho menos natural.

Catalina Rodríguez.

domingo, 30 de enero de 2011

EN LA ESTACIÓN

Con que quiere la verdad. Mmm, verdades, ¿es eso lo que en verdad citas en todos los lugares?. Nada es tan absurdo como escuchar algo, ver al que está a tu lado, menear la cabeza como por haberlo imaginado, y descubrir que era solamente el susurro del aire jugando por ahí, persiguiéndote hasta encontrarte y sin parar para por fin poder dedicarte un murmullo enternecedor y sacarte del ensueño de león.
Qué más da, si creer es un delito lo confieso, soy culpable, espero que no sea un cargo tan grande como para pasar eternas horas frente al televisor sin ver absolutamente nada por estar tratando de decifrar pensamientos. ¿o no?, ¿será peor?, ¿tendrá mayor condena?. Ojala que no, porque no quiero pasar un buen tiempo rompiendo papeles, borrando recuerdos y desechando sentimientos.-no no creo- a lo mejor lo único que tendré que pagar serán por un par de sueños rotos, no es mayor cosa. Pero, ¿qué tal si la ilusión es tal que termino sentada en un rincón esperando ser llamada, escuchada, o simplemente tomada en cuenta?. ¿seguiría siendo igual de interesante?. ¡Diablos!, tengo derecho a un abogado -¡no, corazón, no eres tú...hace tiempo que ya estás despedido!- ¿que tengo derecho a permanecer en silencio?, ¡creo que debió haber empezado por eso, señor alguacil!. Ah, claro, ahora todo lo que diga puede ser utilizado en mi contra, ¡genial!, con que acomodando todo a su favor. ¡SÍ, sí, quiero hacer esa condenada llamada! - Maldita sea, creo que debía haberla utilizado hace tiempo, depronto razón me hubiera advertido-.

martes, 18 de enero de 2011

Adiós cariño, adiós corazón.

Una oscura noche únicamente iluminada por las siempre sonrientes estrellas, Dreiden jugaba con su mente inmerso en su propia y maléfica oscuridad. No era que quisiera pasar inadvertido todo se debía en su mayoría a que su naturaleza no lo dejaba ser, pero no sabía qué más podría lograr mirando al techo de su habitación y torturándose a sí mismo con el borrado y vuelto a escribir recuerdo, una y otra vez, jurando que al siguiente día lo dejaría ir por fin, pero teniendo siempre presente que era lo último que le quedaba de ese tan maravilloso ser.

Las nubes ahora corrían como cómplices en una tortura previamente planificada, dejando ver a su paso aquella Luna que tanto la recordaba. Al parecer se equivocaba, esos bellos rayos, en pleno resplandor, que no se podían tapar con un pulgar y mucho menos al cerrar los ojos, pero que tenían ese tacto cálido de la única luz para aquel ser un tanto desalmado que se hacía llamar yo interior, sí la hacía presente una y otra vez. Adoraba las noches como esas, adoraba ser y a la vez no ser, adoraba su simbolismo, sus risas esporádicas, su humor irónico y poco planificado, adoraba su tez, su ser, su bien, adoraba su alma, sus ojos y su cabellera oscura pero lisa y escurridisa como la misma agua. Pero paradógicamente, adoraba con mayor intensidad, su mal...o al menos eso pensaba.

Dreiden ahora reía, no con sentido del humor, reía sarcásticamente. -Como a ella tanto le gustaba- pensó en el mismo momento que sus dientes formaron parte de sus labios en curva, pero volvieron a su sitio de microsegundos de diferencia.

-ah claro, ahora es cuando mis propios demonios me atormentan-repetía una y otra vez-y recuerdo aquellas frases absurdas que tanto la caracterizaban-ahora Dreiden sí reía, y con ganas, tal y como lo había hecho unas cuantas horas antes.

-bella noche para morir, como destinada en el mismo momento en que se puso en el enorme firmamento y mi madre me parió.-tomó un poco de vino que tenía a su lado y prosiguió-oh! Clarissa, como si supieras lo que iba a terminar haciendo.

Unas horas antes, Dreiden ya había clavado en su humilde corazón una pequeña daga, tal y como los verdaderos románticos lo recomendaban. Y no sólo eso, sino que también había preparado su exquisito y codiciado coctel de muerte con el que, aunque no planeada sustancia, concluiría su esperada velada. Porque como buen compañero sentimental, también sería el cómplice esperado de toda bella mujer a la hora de partir.

Esperaría hasta la medianoche, un minuto para tomarlo y concluir como historia digna de ser contada al final. Y aunque su fama no fuera pura, o al menos real, sí sería efímera en el mundo mortal, pero su alma gemela, media naranja, destino, como quisieran llamarla, esperaría al otro lado de la línea con los brazos abiertos, pecho cubierto en sangre, y rostro pálido para dar el toque final a aquel relato de incógnitas en el cual el único se sabía su verdadera naturaleza era él.

-Uno, dos, tres- Dreiden alzó su copa, la bebió hasta el fondo y dio por terminada la tortura en su propio interior. Unos segundo después su mano cayó frente a la nota que tanto había querido mostrar al mundo:

Mientras las palabras del ser más inteligete del mundo fueron escuchadas por una criada que no pudo ni entender en traducción, las mías serán consisas, y que aquel digno de entenderlas comprenderlas podrá, porque aunque el mundo gire alrededor, un ser superior ha de mirar en retrospectiva y también voltear.

nózaroc sóida, oñirac sóidA. Onimret adiv imnoc oserop, selicáf soter sol natsug emon ím A.