martes, 20 de julio de 2010

Desde las celdas de mi incapacidad

DESDE LAS CELDAS DE MI INCAPACIDAD

Mirar al techo de la infinita bóveda es más bien mi única distracción. Es soñar con poder traspasar estas invisibles y aunque tangibles paredes, por desgracia, sólo para unos pocos, o conformarme con la asquerosa realidad del cotidiano vivir, convirtiéndome, por lo tanto, en aquello que tanto he luchado por erradicar: alguien más del montón.

La verdad es que muchos me han repetido una y otra vez que la vida es lo que queremos hacer de ella y que si caemos debemos, sino es que tenemos, que levantarnos de nuevo. ¡¿Es que acaso nunca se escucharon?! ¡¿Es que hallaron la tan buscada fórmula “lógicamente” posible, hay que aclarar, de creer y defender un ideal pero, sorprendentemente, no practicarlo al mismo tiempo?!, porque lo cierto es que a la vez que pronunciaron palabras con tanto sentido y el mundo pudo al fin, después de tanto tiempo, ver un atisbo de esperanza, muchos de ellos se conformaron y quedaron tumbados en el sucio fango, al tomar la decisión de vivir como repugnantes cerdos en él, tantos, debo decir, que el mundo se fue convirtiendo poco a poco en un indestructible esquema, el cual mandaba que los bailarines se rigieran por una inquebrantable secuencia de movimientos tal marionetas, y donde un estúpido “profesor” tenía la tan mal llamada “autoridad” o “capacidad” de hacer los cambios que se le plazcan en la obra, solamente, porque así se le ocurría, o porque desea pasar a un primer plano, donde el talento de los demás se convertiría en un mito, uno imposible de contemplar, e inclusive, si quiera pensar en demostrar; claro está, los bailarines nunca se quisieron dar cuenta de ello, porque por más que no podría ser más obvio, era como una regla taparse los ojos con una venda, donde los pequeños y escasos rayos de luz que pasaran por esta, eran controlados completamente por el querido "profesor", pero,¿ qué pasaba con los bailarines que se quitaban la venda? Nada, eso pasaba, porque los demás lo ignoraban y por más que quisiera llevarlos a comprender lo que se hacían, era solamente el bufón de la historia.

Es así como con el paso del tiempo llegaría a sentirme igual que un preso vestido a cuadros color morado y naranja, que aunque trata con todas sus fuerzas de convertirse en blanco y negro como los demás, su sentido de la realidad y su moral no se lo permiten. A veces me siento como un excelente artista que expone sus obras pero que simplemente son demasiado arte para el ojo de la sociedad que, curiosamente, tanto pide a gritos un maldito color y se queja de tan poca de creatividad, pero que cuando se la dan la clasifica de loca e incluso irónica, mas no necesaria.

Tan bajo hemos caído que hasta los verdaderos pensadores de nuestra época, porque les ha toca vivir en esta, no tienen el valor suficiente de salir y decir que la tierra es redonda, que somos nosotros quienes giramos alrededor del sol, que podemos llegar al otro lado del mundo tanto por el este como por el oeste, o que simplemente queremos hacer cumplir un sueño; porque tan pronto alguien intenta hacerlo, y aunque el resto del mundo sea completamente consciente de que es necesario y verídico, no recibirá más que criticas, abucheos y hasta encierros, sólo, “porque así lo manda la ley”.

¿Cómo lo sé?, porque yo he querido ir contra la corriente del río, no porque tuviera un complejo y no quisiera seguir al resto, sino porque sé que en su cauce no está la solución de lo que vivimos, porque he sido uno de esos bailarines que muchas veces se han quitado la venda y vuelto a ponérsela por la presión de sus compañeros, porque soy uno de esos que por más que intenta cambiar el trayecto de las cosas y se ha levantado un millón de veces, no ha podido hacer nada sin el apoyo de la tan ignorante y malcriada sociedad.

Es aquí, desde las celdas de mi propia incapacidad, que mi historia se comienza a redactar.

Catalina Rodríguez

2 comentarios:

  1. :| Perdón? Luego quién es la que escribe bien? por Dios, eso está EXCELENTE! Creo que nunca más te dejaré subir algo mio a este blog, sige tú escribiendo, lo haces MUY bien.
    Te quiero.

    Laura C. Sanabria.

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  2. Gracias cosita! :)
    Pero noooooooo!!!!! Yo quiero también subir cosas tuyas!!!!!!!!!!!! 8)

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