sábado, 5 de febrero de 2011

YO CON YO, YO CON TÚ, YO CON NADIE.

A veces me pregunto a dónde carajos se fue lo que solía ser, porque en serio le estoy necesitando.

Esta es la historia de una vida sin personajes, nombres propios, o si quiera consonantes. Esta es la historia que tantos han vivido, pero pocos han logrado entender. Esta la historia de lo que fue, ya no es y condenadamente nunca podrá ser. Sí, esta es la historia de un desconocido, de un vago más, alguien menos a quien preparar. ¿Te parece conocido?¿Alguna vez lo has visto?. Él sí, incluso te manda saludos. Yo, bella caricatura, te quiere ver una vez más.

Estaba Yo esperando por Tú (un círculo vicioso, un egoísta círculo), incluso Yo no lo entendía, Usted siempre se lo reprochaba, y Quizás lo torturaba. Es que ese era el día, ese maldito día por el que todos esperamos, ese momento por el que Realidad moría, ese instante en el que todo vuelve a ser normal.

Tú acababa de llegar, incensato sentimiento el que se apoderó de Yo, ¿mariposas en el estómago?, creía que esa etapa estaba destruída, sí, superada, pero al parecer no.

-¿Sabes que te quiero?- respetía Tú una y otra vez. Yo recordaba que Ilusión le había dicho repetidamente que le creyera, pero Realidad decía que moriría si lo hacía.

-No lo sé- Contestaba Yo, al mismo tiempo que volvía a su cuarto con la imagén del misterioso suicida que le decía que Realidad tenía razón, que Ilusión se equivocaba, y sobre todo, que Muerte en verdad lo extrañaba. Yo escuchó por última ocasión, antes de decidirse de una vez por todas, la voz de Conciencia quien le enfatizaba que aquellas palabras sólo existían para disimular, porque en verdad Yo sabía, pero no quería confirmar.

-Bueno, al menos sabes que te soy fiel- Decía Tú, de manera desesperada esta vez. Pero Yo no dejaba de preguntarse si era verdadera fidelidad, y si lo era, ¿a quién?. A Ti, a Yo, a Usted, a Ideal, a Malo, a Bueno, a Quiero, a Sueño, a Puedo, a Realidad. ¿Fidelidad a quién?, a Él, a Ella, a Supongo, a Definitivamente, a Quizás, ¿a quién, maldita sea, a quién?.

-Es que son demasiadas cosas- Respondía Yo de manera un tanto descontrolada. La verdad era que Yo ya no sabía qué pensar, qué decir, qué decisión tomar. No sabía si continuar u olvidar, no sabía si seguir o avanzar, no sabía nada, sólo que Amor era más fuerte que Tú, que Ilusión sólo lo retenía, que Realidad lo ayudaba, y que siempre quiso sólo a una persona.

Yo no dijo nada más, sólo se paró de su asciento, dio media vuelta, y justo al abrir la puerta puso de nuevo su mirada en Tú y con esta le dijo adiós. Ya no le importaba nada aparte de Nadie, ya ni siquiera Amor vivía en su ser, ya se había cansado de ser mariposa porque tal véz por eso sólo viven dos semanas.

Ahora Yo sí disfrutaba un trago después de mucho tiempo -¡Salud!- decía-¡Salud por todo lo que me dejó de importar, salud por aquella bella insensibilidad, salud porque ya no me importa más, salud porque Tú, Él y Usted, ya no son nada en realidad!.

Derrepente Yo despertaba en su cuarto, se había caído, y varias marcas del alcohol permanecían en su cuerpo, pero sabía que no se debían a alegrias o a dichas, sino más bien a crueldad y sufrimiento, porque la tarde anterior había sido todo lo contrario a lo que desearía que fuera.

Y recordando palabras de Sabiduría en persona volvío a dormir con la esperanza de que aquello fuera verdad.

¿Se puede encotrar el amor verdadero cada dos meses?. Neeeh, no existe. ¿Se puede pensar si quiera en ello?. Neeeh, sería esngañarse. ¿Se puede al menos tener una esperanza?. Neeeeh, pierdes.

Yo y Él son uno sólo como el ying y el yang, igual que Yo con Ella, Yo con Usted, Yo con Ellos, Yo con Quizá, o Yo con Tal Véz. Yo con Yo, Yo con Tú, Yo con Nadie.


Catalina Rodríguez.

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