domingo, 14 de agosto de 2011

QUE AL QUE LE CAIGA EL GUANTE QUE SE LO PLANTE.

¿por qué será que la gente está en un paraíso utópico donde todo lo que no se le acomode es ilógico y violento?, ¿por qué será que un simple "no", es como un apocalipsis para todo aquel le repugna la negación?¿por qué tanta fobia a lo inimaginable y lo que desea uno ser o dejar de ser?. Malo porque no lo hace pero peor porque que sí. Canalla porque expresa lo que es, pero diabólico si no se deja ver.
La gente dice que lo que es normal es lo bueno para la sociedad, que si un simple ser humano no concuerda con la idea de lo que se osan a llamar felicidad, el mundo se va a acabar. Creo que no soy buena en esto y me disculpo si soy pésima e incomodo, pero ya tenía suficiente con los acontecimientos, palabras, emociones y pensamientos de aquella ocasión. No soporto escuchar la injusticia del ignorante por querido que sea. Así pues:

Llamado a permanecer escondido, ese fue el destino que le tocó.
Un corazón de valiente que se marchitó.
Sólo son las personas culpables de tan cruel realidad,
pero tan cínicas que no se creen capaz.
El hombre pensaba ser y tal vez aprovechar,
un poco de sus limitaciones para ver si podía crear.
Aunque como todo en esta maldita sociedad,
solamente lo conocido por normal es lo que se debe contemplar.
No le importaba el tan obvio desprecio cuando decidió continuar,
con su gran salida de tan oscuro lugar, aposento, habitación...soledad.
Pensaba que no era nadie y justo entonces lo entendió.
bastaba con gozar lo que un vagabundo le dio.
"Don" le llamaban algunos al igual que otros maldecían su capacidad.
Creían que por las palabras se convertiría en el enigma de lo general.
Callado y apesadumbrado sólo deseaba convivir,
con la idea de quien lo habían hecho residir.
Desahogaba lo que sentía, decían que esa era la manera de conocer.
Pero justo cuando lo hacía, nadie le creía por el temor a ser usted.
Paraba de vez en cuando al esperar el momento adecuado
y justo entonces un curioso ocioso se limitaba a leer,
no sus actitudes ni desgracias, sino las bellas artes que permanecían allí
junto al gran incógnita de aquel ser y de su sin fin.
Había quien pensaba así como los que simplemente culpaban,
se limitaban a devolver la desgracia del ser humano que solía ser.
Allí comienza de nuevo la historia, un reinicio y creen que luego no hay más,
que los problemas se borrarán así, como si no hubiera nada justo atrás.
Creían que una "ayuda" a volver a ser "normal"
debían darle para salir de aquella enfermedad.
¡Basta ya!, gritaba una sola voz
deseando ser escuchada por el desdichado de la ocasión.
¡Basta ya!, gritaba yo creyendo que así lograría cambiar
lo que no les entraba en el pequeño cuadrado
que los otros creían que era la verdadera felicidad.
Luego se preguntaban el por qué, pensaban que fueron ellos o que fue casualidad.
Luego creían que el mundo estaba loco y ¡oh!, ¡perspicaz aquel quien creía comprender!
pero lo siento, es mi comodidad, rezo, digo, y me mantengo junto al supremo
pero de su filosofía ¿qué carajos es lo que defiendo?
-Nada- la conciencia les reprimía
- ¿al igual, qué importaba?. Fueron ellos.



Catalina Rodríguez

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